Dos físicos desaparecidos sin dejar rastro
En 1845 un ingeniero de ferrocarriles escocés llamado John James Waterson enviaba un trabajo a la prestigiosa sociedad científica Royal Society donde demostraba que la presión de un gas sobre las paredes de un recipiente se podía explicar en función de los choques de las moléculas del gas contra ellas. Se trataba de un trabajo que ponía las bases de la interpretación molecular del calor y, con ello, el comienzo de una rama de la física llamada mecánica estadística.
Este ingeniero que marchó a la India en 1839 contratado por la Compañía de las Indias Orientales y que regresó a su natal Edimburgo en 1857 para dedicarse en cuerpo y alma a la ciencia del calor, desapareció sin dejar rastro el 18 de junio de 1883. Nunca más volvió a aparecer.
En 1928 un joven y prometedor físico teórico italiano llamado Ettore Majorana publicaba su primer artículo de investigación donde explicaba ciertos aspectos experimentales del gadolinio y el uranio. Sus trabajos mostraban un joven de brillantes ideas, sobre todo en un campo que ha traído de cabeza a los físicos durante décadas: la masa del neutrino, una partícula subatómica que ha sido definida como un cuchillo muy afilado sin mango y sin hoja, debido a su capacidad para atravesar la materia sin interaccionar con ella.
Algunos articulos dicen que esre cientifico recluyó en un monasterio al prever por dónde iba a discurrir la investigación nuclear. Otros dicen que huyó a Argentina y algunos que lo secuestraron.