¡Cómo escena de ciencia ficción prueban enjambres de drones en la naturaleza!

La Universidad de Zhejiang lanzó diez drones del tamaño de la palma de una mano en un denso bosque de bambú, en China. El experimento realizado por los científicos aseguran que esta innovación podría utilizarse para identificar daños y enviar ayuda a zonas de desastres naturales, entre otras aplicaciones.

Los aparatos vuelan de un lado a otro sorteando ramas, desniveles y otros obstáculos, colándose por los estrechos espacios entre los tallos de bambú. Y todo lo hacen de forma completamente autónoma, coordinada y sobre terrenos que descubren en tiempo real.

Los aparatos, que fueron especialmente diseñados para este experimento, están equipados con cámaras estéreo, sensores y computadora. Para su desempeño se ha desarrollado un algoritmo específico.

“Nuestro trabajo se inspiró en las aves, que vuelan suavemente en bandadas, incluso a través de densos bosques”, señaló Xin Zhou, quien está a la cabeza del estudio. En cambio, se ha evitado el modelo de los insectos, con sus movimientos bruscos.

Su desafío era conciliar premisas contrarias: dispositivos pequeños y livianos, pero capacidades informáticas de alto rendimiento y una trayectoria segura, sin agregar tiempo de vuelo.

Ante la pregunta de cuándo serán usados ampliamente estos enjambres, Soria aseguró que no estamos tan lejos: “Es necesario hacer más pruebas en entornos ultradinámicos, imitando por ejemplo las ciudades, donde los vehículos y los transeúntes se atropellan. También habrá que aprobar reglamentos, lo que lleva tiempo”, añadió.

Si bien ya se habían probado enjambres de drones en el pasado, sólo había sido en ambientes abiertos o con posiciones de obstáculos conocidas, según explicó Enrica Soria, de la Escuela Politécnica Federal de Lausana, Suiza, quien trabaja en el tema desde hace varios años.

“Es la primera vez que un enjambre de drones vuela con éxito en un entorno no estructurado en la naturaleza”, dijo la especialista, quien calificó la experiencia de “impresionante”.

Agregó que estos pequeños robots voladores pueden determinar su entorno por sí mismos, mapearlo y luego planificar su trayectoria.

Dado que estos drones no se apoyan en ninguna infraestructura externa, como podría ser un GPS, los enjambres podrían usarse tras desastres naturales, como podría ser un terremoto, para identificar los daños y saber a dónde enviar ayuda. O bien en un edificio deteriorado donde los humanos no pueden ingresar sin peligro.

Aunque ya es posible utilizar drones individuales en tales escenarios, estos tienen tiempos de autonomía de vuelo muy limitados, por lo que la intervención de estos enjambres ahorraría un tiempo considerable.

También se podrían emplear en transportar objetos pesados que no pueden ser levantados por una sola máquina.