México, el país de las orquídeas
El Parque Bicentenario cuenta con cinco zonas temáticas: Jardín Natura, Jardín Tierra, Jardín Sol, Jardín Viento y Jardín Agua. También incluye algunos espacios bioclimáticos, en los que están reproducidos varios ecosistemas, Bosque de Coníferas, Bosque Tropical Perennifolio, Bosque Mesófilo de Montaña, Bosque de Encinos, Matorral Xerófilo, Humedal Templado (Chinampa y Tular), Desierto y Bosque Tropical Caducifolio.
El Jardín Natura, es un jardín botánicos que representan los nueve biomas más significativos de México con estructuras bioclimáticas a manera de invernaderos que aparecen como hitos en el paisaje urbano, y finalmente un orquidario.
El orquidario fue creado dentro de una cisterna de 100 por 15 m, con 5 m de profundidad, sobre la cual se generó un relleno con un sistema de rampas flotantes que recorren el largo total del espacio. Para aumentar la altura total y obtener una mayor captación de luz natural, se cubrió el área con cerramientos laterales y una cubierta de translúcidos.
En el orquideario existen más de 7,000 plantas de orquídeas, 35 especies mexicanas y el resto, más de 120 híbridos de diferentes variedades provenientes de todo el mundo. Es uno de esos lugares donde uno quisiera pasar horas, habrá que darse una vuelta en unos cuantos meses, cuando seguro, aumente la población de orquídeas.
Este orquideario se especializa en cultivo, preservación y exposición de plantas de orquídeas de la familia botánica de las Orchidaceae. Estas plantas, además de ser hermosas, requieren unas condiciones muy específicas de temperatura y humedad, por lo cual se cultivan en invernaderos donde tienen estos parámetros controlados.
Las orquídeas comprenden unas 25.000 y algunas fuentes informan de 30.000 especies, y si se cuentan los híbridos pueden llegar a contabilizarse hasta 60.000 variedades producidas por horticultores. Estas plantas están extendidas por todo el mundo, pero abundan en las regiones tropicales. Debido a su complejidad floral, a sus interacciones con los agentes polinizadores y a sus simbiosis con hongos para formar micorrizas, están consideradas como la culminación de la evolución floral.