Bahidorá nunca ha sido un festival que se mida únicamente por nombres grandes en letras más grandes. Desde su origen, el proyecto ha crecido con una idea clara: crear un espacio donde la música sea un punto de encuentro, no una competencia de escenarios. La edición 2026 confirma esa visión con un cartel que apuesta por la escucha amplia, el cruce de escenas y la experiencia colectiva.
Del 13 al 15 de febrero de 2026, Las Estacas volverá a convertirse en un punto de reunión donde conviven electrónica, pop, música club global y exploración latinoamericana, todo enmarcado por un entorno natural que ya es parte esencial del festival.
Una curaduría pensada como recorrido, no como alineación
El cartel de Bahidorá 2026 está construido como un trayecto. No busca imponer un solo ritmo ni un solo género, sino permitir que el público transite entre atmósferas distintas a lo largo del día y la noche. En ese recorrido aparecen proyectos que han marcado la música contemporánea y otros que empujan nuevas formas de escuchar y bailar.
La propuesta se mueve con naturalidad entre la experimentación electrónica, el club global, la canción íntima y los sonidos latinoamericanos actuales, reforzando la identidad del festival como un espacio donde descubrir también es parte del plan.
Sonorama: entre la emoción electrónica y la escucha abierta
El escenario Sonorama concentra algunos de los momentos más esperados del fin de semana. Aquí conviven proyectos que entienden la electrónica como un lenguaje emocional y expansivo, junto a actos que apuestan por la calidez y la cercanía sonora durante el día.
La presencia de artistas como Four Tet, Daphni, VTSS y HVOB, con un show audiovisual específico, marca el pulso nocturno del escenario, mientras que durante el día la experiencia se vuelve más melódica y ligera, con propuestas que invitan a escuchar sin prisa y a dejar que el entorno haga su parte.
El Cubo: la pista como espacio colectivo
El Cubo vuelve a ser el corazón club del festival. Aquí la pista se entiende como un espacio compartido, donde distintas formas de entender el baile conviven sin jerarquías. La selección de artistas refuerza esa idea: sonidos que van del minimal al house, del techno frontal a la energía más lúdica del club contemporáneo.
La inclusión de talento local desde la apertura del escenario refuerza una de las constantes de Bahidorá: conectar escenas globales con la comunidad musical que habita y construye la ciudad.
La Estación: canciones, raíces y nuevas rutas
La Estación mantiene su papel como un espacio sin etiquetas rígidas. En este escenario, la música latina actual se presenta desde distintas perspectivas: hip hop, electrónica introspectiva, cantautoría contemporánea y ritmos tropicales reinterpretados desde el presente.
Más que un contraste frente a los otros escenarios, La Estación funciona como un punto de equilibrio dentro del festival, donde la narrativa musical se expande hacia otros territorios sin romper el flujo general.
Colaboraciones que amplían el mapa
Bahidorá 2026 refuerza su conexión con escenas internacionales a través de colaboraciones específicas, al mismo tiempo que mantiene un diálogo constante con colectivos locales. Estas alianzas no aparecen como anexos, sino como parte integral de la experiencia, extendiendo la idea de comunidad más allá del cartel principal.
Un festival que también piensa en el entorno
Más allá de la música, Bahidorá continúa desarrollando acciones enfocadas en el cuidado ambiental y el diseño consciente del espacio. Para 2026, el festival anunció ajustes en la distribución de escenarios, el manejo sonoro y las zonas de convivencia, buscando mejorar la experiencia sin perder de vista la preservación del entorno natural que lo rodea.
Fechas y sede
Bahidorá 2026 se realizará del 13 al 15 de febrero en Las Estacas Parque Natural, en Tlaltizapán, Morelos.
Toda la información oficial puede consultarse en bahidora.com y en sus canales oficiales.




