Las mañanas suelen arrancar con hallazgos virales, risas, stickers y memes. Pero detrás de lo inocente también pueden esconderse riesgos reales: la Policía Cibernética de la SSC alertó sobre una modalidad que usa emojis y juegos para establecer contacto con menores.
Según el comunicado, los agresores lanzan emojis de frutas, animales o símbolos aparentemente inocentes —como el durazno, la berenjena, la llama o la lengua— para sustituir términos con connotación sexual o interrogativos sobre si el menor está solo o tiene cámara activa.
Este tipo de lenguaje cifrado complica que los adultos lo detecten a tiempo, porque “el desconocimiento de muchos adultos sobre el significado oculto de algunos emojis” favorece que los agresores avancen sin alertar.

¿Cómo operan y por qué funciona?
Inicia con una invitación a jugar o chatear, una sonrisa de sticker, un “vamos a encontrarnos” disfrazado.La estrategia conocida como “Juegos y emojis con trampa” (según la SSC) utiliza plataformas como redes sociales, mensajería instantánea y comunidades de videojuegos para acercarse a menores.
El proceso va así: primero, crear confianza. Luego, insertar símbolos que parecen “divertidos” pero en realidad llevan un mensaje: “eres vulnerable”, “muéstrame más”, “¿solo estás ahí?”. Con el tiempo se normaliza la conversación íntima y puede terminar en solicitud de contenido explícito o incluso en una cita fuera de línea.
El que funcione radica en que muchos padres o tutores no reconocen estos códigos, o lo atribuyen a “bromas de chats”. El agresor se mueve entre lo informal y lo serio, y eso lo hace peligroso.
Las cifras detrás del riesgo
Aunque no se entregan números exactos en el último boletín, se señala que los casos de trata de personas vinculados con pornografía infantil crecieron 86 % en el primer semestre que se compara con el mismo periodo del año pasado.
Las plataformas más usadas para el contacto inicial incluyen Facebook (22 %), Instagram (18 %) y WhatsApp (15 %). Pero también se advierte que los juegos en línea y apps de mensajería privada emergen como canales críticos.
Esto muestra que el fenómeno está en expansión y que la ventana de vulnerabilidad digital para menores se amplía cada vez más.

¿Qué pueden hacer los adultos sin volverse agentes de control?
Sin caer en el miedo permanente, hay maneras de mantener la vigilancia sin convertir el internet en zona prohibida:
- Fomenta una conversación abierta: preguntar “¿con quién chateas?” sin que suene interrogatorio ayuda a que confíen.
- Conoce las plataformas que tus jóvenes usan: una cuenta de juego no es solo diversión, puede ser puerta.
- Revisa listas de contactos, stickers, emojis usados “constantemente” y el momento en que se usan. Cambios súbitos pueden ser señales.
- Control parental sí, pero también educación digital: explicar qué significa “grooming”, qué comportamientos no son normales en los chats.
- Si detectas algo raro, no lo ignores: la Secretaría de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México puso a disposición el teléfono 55 5242 5100 ext. 5086 o correo policia.cibernetica@ssc.cdmx.gob.mx para reportes.
¿Por qué importa que lo sepas?
Porque la digitalidad ya no es solo una extensión de la vida, es la vida en ciertos momentos. El uso de emojis, retos virales y chats no es solo diversión: para algunos es herramienta de manipulación. Si eres de los 25 a 50 años que estás al tanto de lo que pasa en escena, esto importa porque tus hijos, hermanos menores o sobrinos pueden estar expuestos. Y sin saberlo, tú puedes ser el puente para que lo entiendan mejor.




