El 1 de diciembre no es una efeméride más del calendario. Desde 1988, esta fecha se convirtió en el primer día internacional dedicado a una causa global: el VIH. La idea surgió porque en esa época reinaba el miedo, la desinformación y el estigma. Nadie entendía bien qué pasaba y la conversación era más rumor que realidad.
El objetivo fue claro: hablar, educar, visibilizar y reducir el miedo.
La realidad hoy es muy distinta (y eso también hay que decirlo)
El VIH ya no es lo que fue en los 80 y 90. Hoy existen tratamientos que permiten vivir una vida completa, parejas serodiscordantes que forman familias sin transmisión, y medicamentos preventivos como PrEP, que reducen el riesgo de adquirir VIH de forma muy importante cuando se usan correctamente.
Gracias a los avances médicos, una persona con VIH en tratamiento puede alcanzar una carga viral indetectable, lo que significa que no transmite el virus (U=U). Esto cambió la historia del VIH a nivel mundial.

¿Por qué seguir hablando del tema si los tratamientos funcionan?
Porque la otra epidemia sigue viva: el estigma. Muchos mitos siguen circulando, muchas conversaciones se evitan y mucha gente todavía tiene miedo de hacerse una prueba… cuando debería ser algo tan normal como un chequeo anual.
Hablar del Día Mundial del Sida no es repetir un discurso institucional: es recordar que la información actualizada permite que más personas vivan sin miedo y sin prejuicios.
La importancia de hacerse la prueba (sin tabúes, sin drama)
Conocer tu estado es una de las decisiones más responsables y liberadoras que puedes tomar. Las pruebas rápidas están disponibles en centros de salud, organizaciones especializadas y campañas públicas, y tardan minutos. El estigma baja cuando la información sube.
Por eso el 1 de diciembre vuelve cada año: para que nadie se quede afuera de la conversación.

El mensaje este año es claro: informarse es cuidarse
Ya no estamos en una época donde la conversación era tabú. Hoy el enfoque es acompañar, prevenir, tratar y eliminar prejuicios. El Día Mundial del Sida no se trata solo del virus: se trata de derechos, de acceso, de empatía, de salud mental y de crear un entorno donde absolutamente todos podamos hablar del tema sin miedo.
Diciembre arranca, sí… pero también arranca una oportunidad para recordar que la información salva vidas y que el VIH no define a nadie.




