Orígenes del experimento: Tijuana, 1999
El colectivo nació en 1999 en Tijuana, Baja California.
La chispa surgió en una boda, donde Pepe Mogt escuchó norteño en vivo y pensó: ¿qué tal si lo mezclamos con beats electrónicos?
Poco a poco se unieron otros productores y crearon lo que hoy se conoce como “nortec”: una fusión entre lo tradicional del norte mexicano (acordeón, tuba, trompeta, tambora) y la fuerza de la electrónica/dance.

El sonido que definió una era
“Nortec” viene de “norteño” + “techno” y resume la idea de sonar moderno sin olvidar las raíces.
Ese choque de mundos dio ritmo bailable con sabor mexicano: bajo sexto, trompetas o tubas conviviendo con sintes, beats y samples.
Eso permitió que gente que escucha electrónica se acercara a lo tradicional, y viceversa.
Álbumes, hits y reconocimientos
Su debut fue con Tijuana Sessions Vol. 1 en 2001.
El álbum más emblemático: Tijuana Sessions Vol. 3 (2005), nominado al Latin Grammy.
Conformado principalmente por los productores Bostich y Fussible, lanzaron álbumes clave como Tijuana Sound Machine y Motel Baja.
Música suya ha tocado en festivales globales, videojuegos y películas.

¿Cuál es su importancia?
Ellos marcaron un camino: demostraron que se puede mezclar lo urbano-global con lo regional-autóctono sin chocar.
Ese estilo abrió puertas a una nueva generación que experimenta con la tradición mexicana desde la electrónica. Incluso hoy, su sonido sigue sonando fresco, y su legado inspira a artistas que buscan identidad propia pero con un beat global.
Para ellos, la música es también visual. En vivo combinan instrumentos, luces. proyecciones. Crearon una experiencia sonora y estética. Ese choque cultural es como una fiesta: lo viejo y lo nuevo conviven, sin pretensiones, con sabor fronterizo.




