Hay cosas que no envejecen, solo cambian de forma. Y hoy, Pac-Man vuelve a recordarnos eso. El héroe amarillo que nos enseñó a correr en círculos mientras huíamos de fantasmas cumple 45 años, y Google decidió celebrarlo con un Doodle especial de Halloween: un juego jugable desde su portada, con laberintos nuevos, música retro y muchos “waka-waka” que suenan como los de antes.
Ese momento en que abres el navegador, ves el logo de Google convertido en un mini-arcade y te dan ganas de jugar “solo una partida”… pero terminas media hora ahí, atrapado.
Así de potente es la nostalgia cuando se mezcla con diseño, cultura pop y un guiño de Halloween.
Del arcade al navegador: el comeback del año
Pac-Man nació en 1980, creado por Toru Iwatani para Namco, con la idea de hacer un juego “sin violencia” que cualquiera pudiera disfrutar. Y lo logró: 45 años después, sigue siendo uno de los íconos más reconocibles de la historia del gaming.
Hoy, Google le rinde homenaje con un Doodle interactivo en colaboración con Bandai Namco Entertainment, los dueños del legado original. El juego incluye ocho niveles —cuatro de ellos con temática de Halloween—, decorados con calabazas, ojos flotantes y fantasmas que parecen salidos de una noche de brujas en 8-bits.
“El Doodle de hoy celebra el 45 aniversario de PAC-MAN con una edición especial de Halloween.”
No es nostalgia, es cultura pop viva
El Pac-Man Google Doodle no solo revive un clásico, también recuerda una forma de jugar que ya no existe: la de las monedas, las luces de neón y los arcades llenos de ruido.
Y sin embargo, aquí estamos —jugando desde el navegador, en 2025— sin necesidad de meter una ficha.
La nostalgia tiene ese poder: se siente como volver a casa, aunque solo sea por unos segundos. Y en una era donde todo se mueve tan rápido, revivir algo tan simple (y tan divertido) es casi un acto de resistencia.
Juega, pierde, repite
El Doodle está disponible hasta después de Halloween, directo en la página de inicio de Google. Si lo abres, prepárate: el sonido clásico está intacto, los colores brillan como si fuera 1985, y los fantasmas siguen igual de molestos.
Solo hay una diferencia: ahora no necesitas monedas. Solo un clic y algo de tiempo (que probablemente ibas a perder de todos modos).
