Beat 100.9 FM | ¿Por qué duermes mal aunque estés agotado?

¿Por qué duermes mal aunque estés agotado?

fernanda

2025-12-02

Imagen Ilustrativa News
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Llegas cansadisimo, dejas el celular, cierras los ojos… y nada. Te das vueltas, despiertas varias veces. Un ruido mínimo te corta el sueño. Y al otro día parece que no dormiste nada.

Dormir mal cuando estás agotado no es mala suerte. Hay razones reales, físicas y mentales, que explican por qué tu cuerpo se niega a descansar justo cuando más lo necesita.


Tu mente sigue acelerada aunque tu cuerpo ya se apagó

Vivimos en modo “alerta constante”: mensajes, pendientes, tráfico, notificaciones, multitareas, chamba que no termina. La Universidad de Harvard lo llama hiperactivación cognitiva.

Básicamente: tu cerebro sigue en modo trabajo aunque tú ya estés horizontal. Ese estado impide que entres a las fases profundas del sueño, esas que de verdad reparan.

El famoso “cansancio mental” no se apaga solo

La ciencia distingue dos tipos de cansancio: físico y mental. Y el mental —que es el que más tenemos hoy— no se quita durmiendo inmediatamente. Tu cerebro necesita un “ritual de cierre” para bajar revoluciones: 5–10 minutos de pausa real, música suave, respiración o simplemente dejar el celular lejos.

Sin eso, entras a la cama con la cabeza encendida.


El estrés altera tus hormonas del sueño (aunque no te sientas estresado)

El cortisol es la hormona que regula alerta. Debería bajar en la noche… pero en adultos que viven con horarios complicados, tráfico y presión laboral, se mantiene más alto de lo normal.

Eso retrasa el sueño, lo fragmenta y te despierta a mitad de la noche.


La sobreexposición a pantallas retrasa tu reloj interno

Sí, suena básico, pero es real: La luz azul de pantallas bloquea la melatonina, la hormona que le dice a tu cuerpo que ya es hora de apagarse.

20–30 minutos sin celular antes de dormir ayudan a que caigas más rápido y descanses más profundo.

Tired and stressed on bed at night

Cómo romper el ciclo (sin recetas mágicas)

La ciencia es clara: no necesitas trucos raros ni pastillas milagrosas.
Solo un par de ajustes que sí funcionan:

  • Bajada gradual de ritmo antes de la cama
  • Dormir y despertar más o menos a la misma hora
  • Reducir pantallas 20–30 minutos antes
  • Evitar cafeína por la tarde
  • Hacer un ritual simple que tu cuerpo reconozca

Cuando lo aplicas unos días seguidos, el sueño profundo regresa.


Dormir bien no es un lujo: es el cimiento de todo

Rindes más.
Piensas mejor.
Tienes más paciencia.
Tu estado de ánimo sube.
Tu cuerpo se repara.

Y lo más importante: vuelves a sentirte tú.

Dormir bien siempre será el hack definitivo de la vida adulta.

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