Muchos ven a los festivales como noches largas, música a tope, pulseras y vasos desechables… pero en 2025 esa imagen está cambiando, y uno de los que apuesta fuerte por hacerlo es Ultra Music Festival.
En ediciones recientes han comenzado a incluir medidas ambientales: desde estaciones para reciclaje, campañas para reducir plásticos, hasta propuestas de uso de vasos reutilizables. La idea: que “después de la pista, lo que quede no sea basura plástica”.

Qué medidas concretas proponen (y ya implementan)
- Estaciones de separación de residuos: puntos en el venue donde el público puede depositar residuos reciclables, con personal que guía y separa —no solo bolsas de basura mezcladas.
- Vasos reutilizables o depositables: en vez de vasos desechables, Ultra ha promovido el uso de vasos que se limpian o retornan, con sistema de depósito/refund para incentivar devolución.
- Campañas de concientización ambiental: antes y durante el festival comparten en sus redes y en el recinto mensajes sobre reducir plástico, desechar correctamente, cuidar espacios.
- Reducción de plásticos de un solo uso: lógica para eliminar popotes, contenedores innecesarios, reducir empaques plásticos en merchandising y espectáculos.
- Alianzas con empresas de reciclaje o limpieza post-evento: para que los residuos generados se manejen adecuadamente, y no terminen en vertederos sin control.

¿Por qué importa este cambio en un festival como Ultra?
Porque festivals grandes generan toneladas de basura. Si uno tan visible como Ultra adopta cambios, manda mensaje fuerte: no todo festival tiene que dejar una montaña de desechos. Puede convivir música, masividad y conciencia ambiental.
Para los asistentes —gente joven, consciente, con valores de cambio— participar en un evento así se vuelve más que bailar: se vuelve responsabilidad colectiva. El valor del festival trasciende el beat: pasa por el planeta, por el entorno, por comunidad.





