Beat 100.9 FM | Las abejas, la melitina y el zumbido que hizo temblar a la ciencia

Las abejas, la melitina y el zumbido que hizo temblar a la ciencia

fernanda

2025-10-28

Imagen Ilustrativa News
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En redes volvió a circular una frase que suena a milagro: “El veneno de abeja destruye todas las células del cáncer de mama en 60 minutos”. Y claro, con titulares así, cualquiera pensaría que las abejas son las nuevas heroínas del laboratorio. Pero la historia real —la científica— es mucho más interesante y, sobre todo, mucho más compleja.


El origen del estudio: una pista en el laboratorio, no una cura

El revuelo empezó por una investigación publicada en 2020 por el Harry Perkins Institute of Medical Research, en Australia. Ahí, un grupo de científicas lideradas por la doctora Ciara Duffy descubrió que la melitina —un compuesto activo del veneno de abeja— podía destruir células de cáncer de mama triple negativo (el tipo más agresivo y resistente a terapias comunes) en pruebas de laboratorio.

Según el estudio, la melitina perforó la membrana de las células cancerígenas, impidiendo su crecimiento. Pero hay un detalle clave que muchos olvidan cuando lo comparten: fue una prueba in vitro, es decir, hecha en laboratorio con cultivos celulares, no en personas.

“La melitina no dañó las células normales del cuerpo humano en las mismas condiciones”, explicó la doctora Duffy en el comunicado oficial del instituto.
“Esto nos da una base para desarrollar terapias más selectivas y menos invasivas”. (Harry Perkins Institute, comunicado de prensa, 2020).


¿Qué significa realmente este hallazgo?

La melitina tiene potencial, sí, pero no está ni cerca de ser un tratamiento. De hecho, aún no hay ensayos clínicos en humanos, y los científicos aclaran que falta una larga fase de pruebas para determinar dosis, seguridad y eficacia.

Lo que sí se logró fue abrir una nueva línea de investigación sobre cómo moléculas naturales —como la del veneno de abeja— podrían inspirar terapias más precisas, sin los efectos secundarios de la quimioterapia.


Entre la esperanza y el hype

No, las abejas no son el nuevo tratamiento oncológico. Pero sí están ayudando —indirectamente— a inspirar nuevas estrategias médicas. El desafío está en mantener la emoción sin perder el rigor: celebrar la ciencia sin convertirla en mito.

Lo dijo una de las investigadoras del proyecto, la profesora Pilar Blancafort:

“Este tipo de hallazgos son el primer paso. No una cura, pero sí un recordatorio de que la naturaleza aún guarda secretos que pueden ayudarnos”. (Harry Perkins Institute interview, ABC News Australia).


Y entonces… ¿por qué ver más allá del titular?

Porque leer la letra pequeña de la ciencia también es parte de evolucionar. El veneno de abeja no es magia: es química, biología y paciencia. Y si algo enseña este caso, es que incluso un zumbido puede encender una nueva conversación sobre salud, tecnología y esperanza.

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