Tres curiosidades sobre las “arañas de mar”
A pesar del nombre vulgar, ‘arañas de mar’, por el que se conoce a los picnogónidos, en realidad no son auténticas arañas (grupo Araneae). Tradicionalmente, se les clasificado dentro del grupo de los arácnidos, un grupo más amplio, que incluye a la araña y a parientes cercanos, como el escorpión, el opilión, el ácaro, la garrapata o el solífugo. Pero tampoco es una clasificación correcta.
Curiosidad 1
Tienes unas capacidades regenerativas únicas. No solo son capaces de reconstruir una pata amputada, sino también de regenerar órganos internos extirpados.
Curiosidad 2
La más pequeña de estas criaturas es Anoplodatylus nanus y mide 0,5 mm, y sus patas tienen una longitud máxima de 1,5 mm. En el otro extremo encontramos dos especies bastante grandes: Colossendeis clavata, con un cuerpo que puede alcanzar los casi 2,5 cm de longitud, una probóscide igual de larga, que le da una longitud total de 5 cm —la probóscide es la trompa con la que succionan el alimento—, y sus patas entre 15 y 20 cm; un picnogónido cien veces más grande que A. nanus.
Curiosidad 3
Los restos fósiles de picnogónido más antiguos que se conocen se encuentran en la formación Coalbrookdale, y pertenece al silúrico, datada radiométricamente en torno a hace 430 millones de años. Sin embargo, si combinamos el conocimiento proporcionado por el registro fósil con la información obtenida a partir de los estudios evolutivos moleculares, las cuentas arrojan una conclusión directa: el origen de los picnogónidos debe ser, necesariamente, anterior.
Referencias:
- Lozano-Fernandez, J. et al. 2020. A Cambrian–Ordovician Terrestrialization of Arachnids. Frontiers in Genetics, 11.