Dicen que el amor no muere, solo cambia de forma. Y sí, eso aplica también para esos peludos y emplumados que dejaron una marca profunda en nuestra vida. En el marco del Día de Muertos de las mascotas, el 27 de octubre se abre un espacio para recordar a quienes ronronearon, ladraron, aletearon o simplemente se acurrucaron en silencio junto a nosotros. Es momento de honrar esas huellas invisibles que llenaron nuestros rincones.
¿Por qué esta fecha especial?
Según la tradición popular, el Día de Muertos de las mascotas se sitúa el 27 de octubre porque “las almas de los animales de compañía que partieron cruzan desde el Mictlán…” para visitarnos durante la noche.
“Cada 27 de octubre se conmemora el Día de Muertos de las Mascotas y, al igual que el 1 y 2 de noviembre con las personas, ese día por la noche se suele armar un altar para esperar el regreso (espiritual) de estos fieles e incondicionales compañeros.”
La idea es sencilla: si el 1 y 2 de noviembre dedicamos el espacio a las personas que nos dejaron, este 27 empieza con los animales que también formaron parte de nuestra familia.

Cómo preparar el altar de tu mascota
Nada rebuscado: lo que quieres es que ese compañero vuelva a casa por unas horas. Según los especialistas y artículos sobre el tema, estos son los elementos clave para el altar del Día de Muertos de las mascotas:
- Foto de la mascota, para recordar su mirada, su presencia.
- Juguetes, mantitas, correas o aquello que mientras él vivía lo hacía feliz.
- Su comida favorita y agua, para cuando vuelva a visitarnos.
- Veladoras o luces, para iluminar su camino de regreso.
- Flores de cempasúchil, para guiarlo entre los mundos.
Una nota práctica: muchas personas preparan este altar la tarde del 27, para que esté listo en el momento en que “las mascotas que nos marcaron regresan”.

¿Qué significado tiene este acto para nosotros?
Cuando hablamos de “mascotas que nos marcaron” hablamos de presencia, rutina y ausencia intensa. Preparar un altar no es un acto triste: es un reconocimiento, un brindis silencioso. Y si piensas en ese rincón de la sala donde ya no juega, o en el chillido que ya no se escucha, construir ese altar es colocarle luz a un espacio que todavía late. Ese momento en que los perros, gatos, conejos o aves vuelven en espíritu nos recuerda que, aunque cambien las formas, no cambia el cariño.

¿Listo para esta noche especial?
No necesitas mucho para que este 27 de octubre sea distinto. Solo un rinconcito, algunos objetos, unos minutos de silencio, y la certeza de que ese compañero fiel, ese pedacito de historia, va a pasar por tu casa. Mientras el mundo sigue, nuestras mascotas siguen llegando… y nosotros sí estamos listos para recibirlas.





