Seguramente te ha pasado: ves esas líneas blancas largas en el cielo y alguien suelta que “nos están fumigando con químicos”. Esa idea se conoce como teoría conspirativa de los chemtrails, que afirma que los aviones no solo dejan vapor, sino sustancias químicas con objetivos ocultos… desde manipular el clima hasta afectar la salud de la gente.
La palabra chemtrails viene de chemical trails o “estelas químicas”, en oposición a contrails, que significa condensation trails o “estelas de condensación”.

¿Y qué dicen los datos reales?
La ciencia no respalda que exista un programa secreto de fumigación desde aviones. Todos los estudios serios muestran que no hay evidencia científica de que las estelas en el cielo sean químicos dispersados con planes oscuros.
Lo que ves son cosas que pasan naturalmente en la atmósfera:
- Los aviones expulsan vapor de agua y gases cuando sus motores queman combustibles.
- Ese vapor, en altitudes muy frías, se condensa y forma nubes de hielo que se ven como líneas blancas largas en el cielo.
- Bajo ciertas condiciones, estas líneas duran más tiempo y se expanden como cualquier otra nube.

¿Por qué sigue creciendo si no hay evidencia?
Un punto clave es que muchas teorías conspirativas —como esta— no se pueden refutar de forma que convenza a quien ya está dentro de la narrativa. Esto se llama no falsabilidad: si la ciencia dice que no, los creyentes piensan que es parte del supuesto encubrimiento.
Además, algunos políticos han llegado a hablar del tema, lo que amplifica la conversación, incluso en debates legislativos, aunque no haya pruebas científicas reales.

¿Y la ciencia qué dice sobre posibles efectos reales de las estelas?
Aunque no hay “químicos secretos”, sí hay estudios que analizan cómo las estelas de los aviones pueden influir en el clima a través de cambios en las nubes y el balance de radiación solar. Pero esto es parte de la física atmosférica normal, no un plan encubierto.
-CÉSAR ROSALES




